El proceso de una obra empieza por un planteamiento general del tema para realizar después una valoración particular de cada elemento. Sigue una evolución constante en la que a veces es preciso destruir unas formas para construir otras.
Las líneas esenciales no son definitivas y suelen realizarse suavemente para poder ser modificadas o insistidas, si es necesario, en el transcurso del proceso.
Así como el proceso de un cuadro empieza por las líneas esenciales, que constituyen la base del encaje y la composición, el acabado de un tema depende de la intención del artista, pudiendo dejarse una obra muy suelta o muy detallada y precisa.
Existen unas medidas estándares que son de gran ayuda conocer. Aunque no siempre se cumplen, sirven para facilitar la elaboración de todos los retratos.
Además de los ejes vertical y horizontal, la cara puede dividirse en tres regiones que poseen la misma altura:
La región entre el nacimiento del pelo y las cejas.
La región entre las cejas y la punta de la nariz.
La región entre la punta de la nariz y la barbilla.
La distancia de ambos ojos equivale al ancho de uno de ellos.
El tamaño de la oreja se corresponde con la distancia entre las cejas y la punta de la nariz.
La anchura de la nariz es idéntica a la distancia entre los ángulos internos de los ojos