En muchas ocasiones nos lanzamos a pintar sin haber elegido el mejor medio para conseguir plasmar lo que queremos. Por ello, os ofrecemos un breve repaso por las singularidades de algunos de ellos. Según utilicemos acuarela, acrílico, óleo, o pastel, obtendremos un resultado diferente. Conviene siempre elegir muy bien el medio para conseguir nuestro objetivo.
Acuarela
La acuarela nos dará muchísima luminosidad y transparencia. Podríamos decir que es la pintura que mejor nos permite conseguir obras delicadas y sugerentes gracias a la transparencia de sus colores. Con la acuarela será más fácil obtener matices en el color y podremos plasmar la luminosidad con facilidad. Procura que tus mezclas sean intensas, ya que al secarse el color perderá fuerza.
Acrílico
Hablar de acrílico es hablar de secado rápido y versatilidad. Esta pintura se disuelve en agua y una vez seca podrás aplicar varias capas superpuestas. De este modo, ofrece la posibilidad de realizar el cuadro con numerosas pinceladas. Hay que tener en cuenta que el color se oscurece ligeramente al secarse.
Óleo
Esta pintura posee mucha calidad cromática, cuerpo y brillo. Es la que mejor se presta para hacer empastes y pinceladas voluminosas. Además, el acabado siempre será brillante y los colores muy vivos. Sus pigmentos posibilitan conseguir cualquier tonalidad.
Pastel
Con el pastel conseguiremos un colorido muy vivo gracias a los pigmentos compactos y también lograremos una obra muy rica en matices, ya que contaremos con una gran variedad de tonos. El pastel es una de las mejores técnicas para conseguir fundidos y degradados. Utilizaremos los dedos para fijar el pigmento sobre el papel.
Es muy importante conocer las características y posibilidades que los diferentes medios pueden aportar. Sólo así podremos realizar una elección acertada, siempre en función del tipo de obra que queremos conseguir. Os animo a seguir investigando en ellos para sacar a tus obras el máximo partido.
