Muchas veces relacionamos la pintura a pastel exclusivamente con obras de dibujo difuminado, pero el uso de estas pinturas puede ser muy variado. Así, muchos artistas crean cuadros a pastel con trazos muy marcados, posibilitando efectos muy llamativos.
Los colores directos o sin mezclar nos ofrecerán manchas puras de color, claramente diferenciadas unas de otras. Si los aplicáis directamente de la barra, sin frotar, obtendréis obras de gran intensidad, con toda la potencia del pigmento.
Una de las características del pastel es la enorme variedad de tonos que ofrece. En otras técnicas pictóricas es el artista quien deberá realizar, a través de mezclas, el color exacto que necesita. Sin embargo, en el pastel todas las tonalidades de un color vienen fabricadas.
El pastel brinda al pintor la posibilidad de trabajar muy bien el trazo y conseguir así plasmar detalles. Asimismo, podréis trabajar la mancha, que será la que marque los límites de los elementos que haya en la obra. Recordad que para las manchas de color puro hay que aplicar el tono directamente de la barra.
Uno de los grandes maestros del pastel fue Edgar Degas. En algunas de sus obras podréis ver trazos muy marcados, la aplicación de colores directos y la superposición de tonos.
