El pastel y los colores directos

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Muchas veces relacionamos la pintura a pastel exclusivamente con obras de dibujo difuminado, pero el uso de estas pinturas puede ser muy variado. Así, muchos artistas crean cuadros a pastel con trazos muy marcados, posibilitando efectos muy llamativos.

Los colores directos o sin mezclar nos ofrecerán manchas puras de color, claramente diferenciadas unas de otras. Si los aplicáis directamente de la barra, sin frotar, obtendréis obras de gran intensidad, con toda la potencia del pigmento.

Una de las características del pastel es la enorme variedad de tonos que ofrece. En otras técnicas pictóricas es el artista quien deberá realizar, a través de mezclas, el color exacto que necesita. Sin embargo, en el pastel todas las tonalidades de un color vienen fabricadas.

El pastel brinda al pintor la posibilidad de trabajar muy bien el trazo y conseguir así plasmar detalles. Asimismo, podréis trabajar la mancha, que será la que marque los límites de los elementos que haya en la obra. Recordad que para las manchas de color puro hay que aplicar el tono directamente de la barra.

Uno de los grandes maestros del pastel fue Edgar Degas. En algunas de sus obras podréis ver trazos muy marcados, la aplicación de colores directos y la superposición de tonos.

¿Cómo cojo el pincel?

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No sabemos si os habréis hecho alguna vez esta pregunta, pero hoy la lanzamos porque creemos que os puede servir de ayuda. Hay diferentes maneras de coger el pincel para pintar al óleo y utilizar correctamente nuestras herramientas es esencial para conseguir buenas obras.

Si nos fijamos en los pinceles para pintar al óleo, observamos que el mango es más largo que los que se usan para otras técnicas pictóricas. Esto se debe, en parte, a la distancia que se debe dejar entre el artista y el cuadro a la hora de pintar.

DESDE ARRIBA O DESDE ABAJO

En la pintura al óleo es muy importante mantener una visión total del cuadro, por lo que para cubrir esa distancia os aconsejamos coger el pincel por el tercio superior del mango. De esta forma, conseguiréis un mayor radio de acción, que posibilitará pinceladas espontáneas y amplias.

Sin embargo, hay momentos en los que necesitaréis coger el pincel desde más abajo, especialmente en obras de retrato o de figura, que exigen más precisión en algunas zonas.

COMO SI FUERA UN LÁPIZ

Una de las formas de coger el pincel para pintar al óleo es hacerlo como si se tratara de un lápiz, pero desde más arriba. En este caso se podría hablar de dos maneras de cogerlo: recta (para poder pintar en todos los sentidos) o girando un poco la mano (para pinceladas más planas).

CON EL PALO DENTRO DE LA MANO

Otra manera de coger el pincel es manteniéndolo dentro de la mano, por el centro del mango. Esta posición nos facilitará pinceladas más sueltas, lejos de los detalles. El pincel quedaría en una posición oblicua respecto al lienzo, de modo que podríamos depositar el color directamente en él.

Esperamos que estos breves apuntes sobre cómo coger el pincel para pintar al óleo os hayan dado pistas para aplicar cada posición a vuestro objetivo pictórico. Según las pinceladas que queráis obtener, optar por una u otra manera de coger el pincel. Si practicáis, vuestros cuadros ganarán en calidad.

Colores quebrados: armonía y credibilidad

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Hoy realizaremos un breve repaso por los colores quebrados, que surgen de la mezcla de las parejas de colores complementarios. Conseguiremos así una gama de colores pardos y grisáceos que conjugan muy bien entre sí. Las posibilidades son inmensas y la armonía está asegurada.

Dominar los colores quebrados es muy importante en el mundo de la pintura porque dotarán a nuestras obras de equilibrio. Además, aportarán credibilidad a nuestros cuadros, si nuestro objetivo es reproducir los colores de la naturaleza.

Aunque el resultado os pueda parecer monótono, con los colores quebrados obtendréis un efecto armónico y singular que dará calidad a vuestra obra. La gama de colores quebrados es muy extensa. Tendréis ante vosotros muchísimas variaciones de tono y podréis conseguir infinidad de matices.

Con la mezcla de azul y naranja conseguiréis un color agrisado, mientras que con la mezcla de violeta y amarillo obtendréis una gama que tenderá más al marrón.

Puedes mezclar los colores quebrados con diferentes cantidades de blanco con el objetivo de armonizar y agrisar. Así, os aconsejamos mezclar colores complementarios en proporciones diferentes, para posteriormente añadir blanco. Es una manera de atenuar contrastes de color.

Recordad que aprender a pintar con los colores quebrados es fundamental para que vuestras obras ganen naturalidad, credibilidad y armonía. Una vez que los dominéis, no podréis pintar sin ellos.