Acuarela: insinuación y detalle

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Hoy abrimos nuestras acuarelas. Suavidad y fuerza en una misma paleta, insinuación, contraste y detalle que todo artista desea dominar y plasmar en su obra. Aprender a combinar ambas es esencial en esta técnica, que nos obliga a ser flexibles y concisos a un tiempo. ¿Reto difícil? Lo conseguiremos trabajando tonos claros húmedos, matices y tiempo de secado.

Los tonos claros, suaves, los obtendremos con mucha carga de agua, por lo que se llaman colores húmedos. Al llevar gran cantidad de agua, el control sobre el área que pintamos es mínima, ya que se expande muy rápido.

Por ello, aplicaremos estos colores para plasmar en nuestro cuadro espacios grandes, así como para conseguir fusiones de color. No tengáis miedo a manchar la hoja; los colores oscuros se superpondrán a vuestra primera aguada.

En acuarela es básico conocer que nuestro resultado al aplicar acuarela húmeda o acuarela seca es completamente distinto. Las dos son necesarias, pero hay que saber cuándo y dónde utilizarlas. Ambas pueden ser usadas en una misma obra. Para los elementos concretos, trabajaremos sobre seco, algo que nos permitirá definir objetos y establecer contornos.

Otro aspecto básico a tener en cuenta a la hora de pintar con acuarela es el secado. Nuestro tono será más intenso en la paleta que cuando se haya secado en el papel. Esto puede engañaros y podemos encontrarnos con dificultades para conseguir el color que queremos.

Por otra parte, los matices se conseguirán de distinta forma en humedo que en seco. En húmedo surgirán por las fusiones de colores, por ellos mismos. Sin embargo, en seco podemos incorporar pinceladas para que se fundan y generen diferentes matices, siempre que el papel no está excesivamente mojado porque podrían invadir toda la masa húmeda.

Esperamos que estas breves nociones sobre acuarela en húmedo y acuarela en seco os hayan servido y consigáis dominar la combinación de suavidad y fuerza, insinuación, contraste y detalle. ¡Feliz pintura!

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