Puede sonar extraño, pero los elementos que aparecen en una obra pictórica pesan más o menos, otorgan o restan equilibrio visual, y aportan o quitan solidez según su posición en el lienzo. La composición de un cuadro es esencial para que el artitsa logre el resultado que desea, por lo que antes de lanzaros a pintar, es aconsejable analizar la posición de cada elemento.
Para conseguir una buena composición es imprescindible lograr un equilibrio visual al contemplarla, algo que dependerá del número de objetos que forman parte del cuadro, de su distribución en el lienzo y de la distancia del punto de vista, así como de la distancia entre los objetos.
En cuanto al peso de un objeto, éste será mayor si lo colocamos en el lado derecho del lienzo y será menor si lo ponemos en el izquierdo. Asimismo, pesará más en la parte inferior del cuadro y menos en la superior.
En todo caso, hay varios factores que influyen en el peso de los objetos en una pintura. Entre ellos, el peso siempre dependerá de la cantidad de objetos que representemos en nuestra obra, de modo que si hay pocos, cobrarán más importancia. Además, el peso de los elementos también se ve condicionado por la distancia, de forma que los más cercanos serán más pesados y viceversa.
Por otra parte, para obtener equilibrio en nuestra obra, los elementos deben estar distribuidos en el lienzo de manera correcta. Para saber colocarlos de manera equilibrada, podemos dividir el lienzo en cuatro cuadrantes. El de mayor peso será el inferior derecho, mientras que el de menos peso será el superior izquierdo.
Hay muchísimas maneras de componer un cuadro, pero si nos guiamos por el método tradicional, colocaremos los elementos que componen nuestra obra alrededor del centro o punto medio del cuadro. En el caso de que sólo haya un objeto, lo situaremos en el centro del lienzo.
Esperamos que estas breves notas sobre cómo componer una obra os hayan servido y tengáis en cuenta que, antes de pintar, es muy recomendable pensar en el lugar que otorgaréis a cada elemento.
